19 abril 2024

Ávila Secreta

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EL BARRACO, CEBREROS Y EL TIEMBLO.

Un viaje perfecto, naturaleza, descanso y patrimonio histórico

Te proponemos esta escapada de fin de semana en la que visitar tres de los entornos más especiales de la comarca. Como siempre, si es en una de sus casas y alojamientos rurales con encanto la experiencia será evocadora y única. No importa la úbicación, pues las distancias son cortas.

Poco importa el orden, pero si salimos desde Ávila, tomando la N-403, llegamos primero a El Barraco. Aquí ha florecido en los últimos años una interesante industria peletera, el pueblo aparece salpicado de tiendas donde pueden adquirirse artículos de piel de gran calidad.

Sus ermitas, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y pasear por su casco urbano son atractivos reclamos para el turista.

Cerca encontramos el Pantano del Burguillo, donde además de darse un buen baño, tomar el sol y comer en los abundantes merenderos y restaurantes, podremos realizar turismo activo.

Rodeando el embalse llegamos al Valle de Iruelas, paraje ecológico sin par, bien equipado para el turismo rural. En la salida hacia Ávila encontraremos el nuevo Museo de la naturaleza Valle del Alberche.


Siempre tomando la N-403, nuestra siguiente parada es Cebreros

Aunque no se puede afirmar de una forma tajante, se puede decir que
Cebreros fue tierra de celtas pues existen restos arqueológicos que así lo atestiguan, posiblemente los vetones pusieron la semilla de lo que es hoy en día.

Entre sus monumentos y lugares de interés destaca la Iglesia de Santiago Apóstol de estilo herreriano. Exteriormente su aspecto es pobre y liso, sin adornos, a la derecha se alza orgullosa la torre y junto a ella la portada central, agregada en 1659.

La Iglesia Vieja está situada dentro del casco urbano. El campanario sería añadido después constando de siete ventanas con arcos de medio punto.

La Picota está situada a la salida de la población junto a la calzada prerromana, en el camino de Toledo a Valladolid, sobre un pequeño montículo de piedra de granito y domina el Valle del río Alberche, manteniéndose en pie a pesar del paso de los siglos.

La Ermita de Valsordo está situada en un paraje inigualable, a dos kilómetros del pueblo, en el camino que baja al río Alberche, comúnmente conocido por el Río de Valsordo. La época exacta en que se construyó se desconoce.

El Convento Dulce Nombre de Jesús de los Franciscanos Menores Descalzos de Cebreros, en ruinas…

Numerosos puentes como el Puente de San Marcos, el Puente de Valsordo, el Puente de Rasueros, el Puente Nuevo, el Puente de Valmoscoso el Puente de la Pizarra o el Puente de la Yedra comunican a Cebreros con su entorno natural y son de visita recomendada.

Como curiosidad, en Cebreros hay instalada una estación de seguimiento de satélites de la ESA, Agencia espacial europea, reconocible por una enorme antena parabólica a pocos kilómetros de la sede del municipio.


Por último, casi a tiro de piedra encontramos El Tiemblo

Entre los lugares de interés de la villa destacan los Toros de Guisando, a unos 9 Kilómetros de El Tiemblo, junto a la Cañada Real, en el margen izquierdo del Arroyo Tórtolas.

El Monasterio de los Jerónimos de Guisando, a poco más de 1 kilómetro de los Toros, en la falda del Cerro de Guisando se edificó a finales del siglo XIV y fue reconstruido y ampliado en el siglo XVI en estilo renacentista. En 1979, sufrío un importante incendio encontrándose en la actualidad en ruinas.

El Puente de Valsordo y el Puente de la Santa Yusta, unidos sobre el río Alberche. El Puente de Pasil y el Puente de la Casilla, en la garganta de la Yedra, son ejemplos tambien del patrimonio histórico de la zona.

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con torre del siglo XV. En su interior destaca el retablo mayor.

Entre el Patrimonio Natural cabe destacar El Castañar, lugar de privilegio con sus bosques de robles, pinos y castaños, algunos centenarios. Para visitarlo es necesario contactar primero con el Ayuntamiento.

Naturaleza, cultura y por supuesto gastronomía, y enoturismo harán quieras quedarte para siempre, o al menos, volver muy pronto…